Más allá de la responsabilidad: el rol de las empresas ante la crisis ecológica

/ Biodiversidad, Responsabilidad Empresarial, Servicios Ecosistémicos, estrategia, consultoría / Fabiola Chirino / Mayo 2025

Nos enfrentamos a una crisis silenciosa pero devastadora: la acelerada pérdida de biodiversidad a nivel global. Según estimaciones recientes, cerca del 20% de las especies están amenazadas de extinción, y esta cifra continúa creciendo como resultado de nuestras actividades humanas.

Ante este panorama, surge una pregunta clave:

¿Cómo nos afecta la pérdida de biodiversidad a la sociedad y a las empresas?

La respuesta está en los servicios ecosistémicos, los beneficios que los ecosistemas saludables brindan a las personas y organizaciones. Estos incluyen el suministro de agua potable, la polinización de cultivos, la regulación del clima, el suministro de carbono, la protección contra desastres naturales y la disponibilidad de materias primas como madera, fibras y principios activos utilizados por múltiples industrias. Sin estos servicios, nuestras economías se vuelven vulnerables, los costos operativos aumentan y las cadenas de suministro se ven interrumpidas.

Para comprender el verdadero valor de la biodiversidad, es útil introducir el concepto de capital natural, definido por la Natural Capital Coalition como “el conjunto de elementos de la naturaleza (como el suelo, el aire, el agua y todos los seres vivos) que proporcionan beneficios directos o indirectos a las personas y sostienen nuestras economías”. Reconocer la biodiversidad como parte de este capital natural permite integrar su protección en las decisiones empresariales.

Lamentablemente, muchas de nuestras prácticas productivas están degradando este capital: la deforestación, la sobreexplotación de recursos naturales, la contaminación, uso de plaguicidas, el cambio climático y la expansión de zonas urbanas y agrícolas están provocando una alarmante disminución de especies y ecosistemas.

Sin embargo, las empresas tienen un papel fundamental en la reversión de esta tendencia. El primer paso es reconocer tanto su impacto como su dependencia de la biodiversidad. A partir de ahí, pueden iniciar un proceso estratégico que incluya:

  1. Identificar los impactos sobre la biodiversidad, tanto directos (como la alteración de hábitats) como indirectos (como emisiones, consumo de recursos o prácticas en la cadena de suministro).
  2. Diseñar e implementar medidas para prevenir, mitigar o restaurar dichos impactos, integrando criterios de sostenibilidad en sus operaciones, productos y servicios.
  3. Reconocer su grado de dependencia de los servicios ecosistémicos y priorizar la conservación de aquellos que resultan críticos para su continuidad. Por ejemplo, la industria pesquera depende de poblaciones saludables de peces y de océanos limpios; por ello, puede desarrollar acciones específicas para su preservación.
  4. Buscar alianzas estratégicas con organizaciones ambientales, comunidades locales, centros de investigación e instituciones públicas, para potenciar el impacto y la legitimidad de sus acciones.
  5. Incorporar la biodiversidad en la gestión del riesgo empresarial, evaluando cómo la pérdida de capital natural puede afectar sus operaciones, reputación y estabilidad financiera.
  6. Medir y reportar su desempeño en biodiversidad, utilizando marcos de referencia reconocidos (como los propuestos por la Taskforce on Nature-related Financial Disclosures – TNFD) para aumentar la transparencia y rendición de cuentas.

Contáctenos si necesita ayuda sobre cómo implementar estrategias basadas en biodiversidad en su organización.

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